Reino Unido lanza advertencia a Irán

El ministro de exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, ayer elevó el tono con el que se dirige a Irán. La respuesta del Gobierno británico, si el régimen de Teherán no libera el petrolero Stena Impero, será “calculada pero contundente”, dijo. Hunt había descartado en una primera reacción el uso de fuerza militar.

Las autoridades iraníes, ha advertido el ministro, “han escogido el camino peligroso de un comportamiento ilegal y desestabilizador” de la región.

Además, el Ejecutivo de May ha aconsejado a todos los buques mercantes que navegan con bandera británica que eviten el estrecho de Ormuz. El Gobierno británico ha llamado a consultas al representante diplomático más elevado que Teherán tiene en Londres, su encargado de negocios, para expresar por la vía formal la queja que el propio Hunt ha transmitido a las autoridades iraníes. El ministro informará el lunes al Parlamento del estado de la situación.

“Acabo de hablar con el ministro de Exteriores iraní y le he expresado nuestra extrema decepción, después de que me aseguraran previamente su voluntad de rebajar la tensión. Han hecho lo contrario. Hay que actuar, no solo hablar, si queremos solucionarlo. Los barcos británicos serán siempre protegidos”, ha escrito Hunt en Twitter a última hora de la mañana del sábado. En esa misma conversación, Javad Zarif habría comunicado a Hunt, según medios iraníes, que la voluntad de Teherán es completar todo el proceso legal, incluida la posibilidad de juzgar a la tripulación, antes de plantearse su posible liberación.

La ministra de Defensa, Penny Mordaunt, ha ido un paso más allá que Hunt y ha definido el incidente como “un acto hostil”. Mordaunt ha asegurado que el Stena Impero se hallaba en aguas jurisdiccionales de Irán cuando fue interceptado y que la fragata HMS Montrose (la embarcación militar que el

Reino Unido ha destinado a la zona para realizar tareas de protección y disuasión) llegó 60 minutos tarde, y no 10, como se indicó en un principio.

El gabinete de crisis COBRA, un mecanismo interministerial para dar respuesta a situaciones excepcionales, se ha reunido ya hasta en dos ocasiones ayer sábado. “Hemos reafirmado el deseo del Reino Unido de rebajar la tensión, pero a la vez confirmado que el Stena Impero fue capturado en aguas de Omán, en una clara violación del derecho internacional”, ha escrito Hunt. Prueba del estado de debilidad en que ha sorprendido esta crisis al Gobierno británico es que la primera ministra, Theresa May, quien tiene previsto dimitir en apenas cuatro días, no acudió a la reunión ni participó por videoconferencia, según ha informado Sky News. Al mismo tiempo, los medios estadounidenses han informado de la conversación telefónica que habrían mantenido en las últimas horas el presidente de EU, Donald Trump, y Boris Johnson, el candidato con más posibilidades de suceder a May.

Fuentes de la campaña de Johnson han confirmado la charla sin desvelar su contenido.

El rival de Johnson en las primarias conservadoras, que concluyen este martes, es precisamente el ministro de Exteriores, Hunt, víctima de las críticas de la oposición laborista, que le ha acusado de no haber sido capaz de compatibilizar su campaña con su tarea de Estado. “Necesitamos tener la seguridad de que el ministro Hunt está atento a la situación y se concentra en lo que se tiene que concentrar”, ha dicho el número dos del partido de la oposición, John McDonnell, quien ha calificado de “inaceptable” la actitud del régimen de Teherán.

Irán ha asegurado el sábado que la detención del petrolero británico Stena Impero se debió a que no respondió a la llamada de auxilio de un barco de pesca con el que había chocado. Esta justificación, rechazada por el armador del buque, encaja en la estrategia con la que Teherán está respondiendo a la política de máxima presión de EU. “El Stena Impero chocó con un pesquero”, ha declarado Alahmorad Afifipur, director general de Puertos y Asuntos Marítimos de la provincia de Ormuz, citado por la agencia IRNA.

Según este funcionario, la tripulación intentó comunicar con el petrolero, pero no recibió respuesta y dio aviso a su departamento. En consecuencia, dio la orden a las fuerzas navales iraníes para que condujeran al buque británico al puerto de Bandar Abbas, donde se está investigando lo sucedido, informó Ángeles Espinosa. Los 23 tripulantes permanecen a bordo y en buen estado.

La empresa propietaria del Stena rechaza esas alegaciones y asegura que el barco se encontraba en aguas internacionales cuando fue interceptado.

Texto y foto: Agencias/EFE

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