UN ANALISTA político campechano nos dijo el sábado pasado, en la víspera del primer debate presidencial, que ya se estaba preparando para soportar a los anticipados que, apenas terminase ese evento, saldrían a las calles para celebrar que su candidato habría sido el ganador. Y sí, casi desde todos los partidos surgieron voces para proclamar la victoria de su abanderado, haya sido cierto o no. Desde aquí coincidimos con quienes dicen que Ricardo Anaya habría tenido el mejor desempeño, algo que ya se esperaba puesto que se le conocían sus habilidades de polemista; y también nos parece que Andrés Manuel López Obrador salió bastante perjudicado, también por sus capacidades o incapacidades personales. Pero este primer debate sólo es un indicio de lo que ocurriría el 1 de julio, pues si bien podría marcar tendencias e influir en votantes indecisos, quedan más de dos meses de campaña en los que los cinco aspirantes echarán toda la carne al asador. Falta, todavía falta, y no debemos esperar sólo acciones correctas, leales y democráticas, porque seguramente habrá más guerra sucia.
EL “POWERED BY Samsung” que forma parte del nombre del Centro Internacional de Congresos no es gratuito ni una ocurrencia, como queda claro en la nota que le ofrecemos hoy en la página 12. Gracias al convenio con el gigante surcoreano, el flamante inmueble cuenta con una conectividad de primer mundo, lo cual abre grandes oportunidades para hacer de Mérida una potencia en los servicios para las grandes convenciones de hoy. Se cuenta ya con el potencial tecnológico (conectividad de 100 megabytes, lo que multiplica al menos por 4 ó 5 lo que puedan ofrecer otros sistemas disponibles en la plaza) para un servicio de primera clase, y ahora lo que falta es desarrollar equipos humanos también de primer mundo que atraigan cada vez más convenciones, y esto estará seguramente en la mente de quienes forman parte de la Asociación Mexicana de Profesionales de Ferias, Exposiciones y Convenciones, que ayer estrenó mesa directiva para la Región Sur, como detallamos en nota incluida en la página 6. Hoy por hoy, no hay duda alguna de que la tecnología es la llave del desarrollo.
Por Gínder Peraza
