LA RUEDA DE prensa que ofrecieron ayer reconocidas defensoras de los derechos de las mujeres evidenció implicaciones más allá de las directas acusaciones contra conocido expersonaje del ámbito policiaco (la nota está en la página 19). En el lado positivo se puede subrayar la ejemplar solidaridad de las mujeres activistas, la mayoría de ellas de alto nivel intelectual y profesional, con una madre que sufre problemas personales graves; ya quisiéramos ver en otros sectores esa solidaridad que permite no sólo pugnar por que la ley se aplique con limpieza y eficiencia, sino también levantar el ánimo de quienes atraviesan por una desgracia. En el lado negativo, sin embargo, tenemos que recoger el señalamiento de las activistas de que la conducta de los legisladores estatales ha sido errática en lo referente a la defensa de género, pues han dado bandazos a la hora de elaborar y aprobar leyes contra ese flagelo, evidenciando así una falta de compromiso verdadero con las demandas femeniles. Falta mucho por hacer en la sociedad y en los gobiernos para que la violencia de género pase a ser cosa del pasado.
EN LA EDICIÓN de hoy incluimos dos noticias relacionadas con la lucha del ser humano por superarse y alcanzar un estadio razonable de felicidad. Primero está el caso del Torneo Estatal de Box “William Abraham Dáguer” (página 13), que cuenta con el respaldo del legislador yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, y que ha ofrecido a jóvenes pugilistas la oportunidad de estudiar con una beca de un año, o llevarse un premio en efectivo que pueda servirles para mejorar su vida. Sería ocioso subrayar aquí la gran utilidad que tiene fomentar el deporte para ayudar a que niños y jóvenes no caigan en conductas negativas. También le informamos (página 14) de la charla que ofreció Emilio Betancourt, quien es ejemplo vivo de que una voluntad inquebrantable permite vencer incluso una enfermedad tan terrible como el cáncer. Emilio tuvo como factor decisivo para levantarse un elemento con el que muchos cuentan pero no saben apreciar: el respaldo de su familia. En el hombre como en la mujer están latentes la luz y la oscuridad; que domine una u otra es decisión personal.
Por Gínder Peraza
