Segunda plana // La columna

Ernesto Herrera Novelo
Con respecto a la Zonas Económicas Epeciales, el Secretario de Fomento Económico reveló que la licitación federal para elegir al administrador de ese proyecto es el paso inmediato antes de que puedan empezar las inversiones en el estado.

Las opiniones se dividen en torno al anuncio del virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, de que ha nombrado a coordinadores de programas federales para cada una de las 32 entidades federativas del país, y en la lista figura para Yucatán su excandidato a la gubernatura, Joaquín Díaz Mena. Falta mucho por decir en torno a ese drástico cambio, que generaría algo así como un “gobernador federal” paralelo al constitucional y electo. La columna no es especialista en cuestiones jurídico-legales, pero parece obvio que esos coordinadores concentrarán un amplio poder, sin que tengan que rendirle cuentas más que a su jefe el Presidente. Basta breve repaso en internet a tesis y opiniones en torno al centralismo y el federalismo para darnos cuenta de que el primero se fortalecerá y el segundo irá para abajo con los coordinadores. En el fondo este asunto es un caso de concentración de poder, que va en contra del espíritu del federalismo, que básicamente debe consistir en ceder ciertas facultades a un aparato central, pero conservando la identidad, la soberanía y diversas atribuciones.

 

 

 

 

Mario Mex Albornoz
El presidente estatal de Morena presentó la impugnación del resultado final del Distrito III federal, donde el triunfo fue para la candidata panista Cecilia Patrón Laviada, debido a que al momento de trasladar los resultados del papel a la plataforma digital, el personal del INE asentó mal las cifras, aseguró.

En estudios sobre el tema vemos subrayada la advertencia de que la democracia centralizada, como la que implica la implantación de los citados coordinadores, no es la

que aporta mejores respuestas a la evolución de los sistemas de gobierno y políticos, sino la democracia federal, la que respeta el pacto que los estados (con minúscula) aceptan con miras al bien común, preservando su identidad y la mayoría de las atribuciones que ejercen día a día. No se puede obviar que la pésima conducta de muchos gobernadores ha servido de perfecto argumento para que el gobierno central les quite a éstos atribuciones y se las apropie. Lo peor es que los programas con dinero federal tienen desde hace mucho enormes boquetes por donde esos recursos pasan a bolsillos particulares. En fin, ojalá que los expertos, los políticos bien intencionados (seguro los hay) y todos quienes saben ejercer sus derechos aporten para que el centralismo no termine avasallando a la provincia y, por ende, dando pie al surgimiento de anhelos independentistas, como ha ocurrido en otras partes del mundo.

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