¡Sí al reeemplacamiento!

Por: Mario Ovies Gage

Ahora que tengo su atención, les explicaré por qué pienso que está bien que nos cobren por placas nuevas, pero no por las razones que pueden estar pensando o por las del gobierno.

Mientras en muchas ciudades del mundo se están tomando medidas para desincentivar el uso del automóvil, en nuestro Estado vamos en sentido contrario. Esto lo podemos ver en una de las “magnas obras” del gobierno actual, o por lo menos así nos la anunciaron, donde se está invirtiendo una gran cantidad de dinero en repavimentar una de las principales avenidas.

Esta obra luce completamente fuera de tiempo, no se replantea a la avenida, no considerará más a los peatones, no tendrá un carril pensado en bicicletas o uno de uso exclusivo para el transporte colectivo, será una mera medida estética para que los conductores de automóviles disfruten de su paso en un espacio libre de baches.

Esto lo menciono, porque, aunque el reemplacamiento sea una mera medida para recaudar dinero por parte del actual gobierno, es una medida que le pone una mayor carga al uso del automóvil que es hacia donde debemos de ir.

No podemos seguir fomentando el uso del automóvil, no es sustentable, no es bueno para nuestra salud, no es bueno para el medio ambiente, no podemos aspirar a sobrevivir como especie si le seguimos apostando a algo que nos está matando.

Tristemente el reemplacamiento se utilizará para que el gobernador actual pueda seguir con su permanente campaña de promoción personal y no para lo que debería, convertir a Mérida en una ciudad para personas y no en una ciudad para coches. En lugar de gastarse ese dinero en una nueva encuesta donde es el “mejor gobernador de México”, Mauricio Vila debería de transformar al estado, mejorar nuestro tan deficiente transporte público, fomentar el uso de la bicicleta, darle un giro a la movilidad en nuestra entidad.

El reemplacamiento podría ser solamente el primer paso de una serie de medidas para desincentivar el uso del automóvil y que el gobierno llene sus arcas con ello. El Estado y los ayuntamientos deberían de empezar a cobrar por cada cajón de estacionamiento en la ciudad y que así todos los dueños de estos espacios se vean obligados a cobrar por su uso o a absorber ese gasto. Nuestras ciudades se debaten actualmente entre ser pistas de carreras o grandes estacionamientos.

Y de ahí podríamos saltar a poner parquímetros en la ciudad, las empresas podrían empezar a incentivar el uso de la bicicleta o del trabajo a distancia. El Estado se podría sumar ya a medidas como el “hoy no circula” o cobrar por circular en algunas carreteras.

Cuando se anden lamentando por la tragedia ocurrida en Australia, tengan en mente que medidas para que dejemos de usar el automóvil son el camino correcto para mitigar los efectos del cambio climático y corregir el camino.

Aprovecho esta columna para invitar al gobierno del estado a que usen ese dinero correctamente, que le apuesten a la movilidad, que le apuesten al transporte colectivo, a la bicicleta y que no sigan tirando nuestro dinero en medidas estéticas que nos están matando. Está más que probado que apostarle al automóvil es el camino del fracaso, estamos a tiempo de corregir.

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