Solo post-mortem: recuento de daños

Por Gerardo Novelo

Por primera vez desde que disney revivió la franquicia, la anual película de Star Wars no se retrasó a diciembre. En mayo, Solo: A Star Wars Story estrenó a recepción tibia y taquilla apenas lucrativa.

Considerando la enorme propiedad intelectual a la que está ligada y la inusual campaña publicitaria, Solo vino y se fue sin que muchos se dieran cuenta. El nombre del rufián le queda muy grande a Alden Ehrenreich y el de la franquicia a la película.

No es que Solo haya sido terrible, pero sí fue algo que no le puede costar un título de este calibre: mediocre.

Disney estaba convencido de que no existía tal cosa como la fatiga de audiencia o la saturación de mercado. Con un flujo considerable de películas en el horizonte, se esperaba que la casa del ratón eleve la Guerra de las Galaxias a las mismas dimensiones que había logrado con Marvel.

Tras una desastrosa producción, Solo tuvo un marketing esquizofrénico. Previas películas cautivaban con noticias de impacto y poca publicidad. Solo tuvo silencio en los noticieros y una agresiva campaña de último minuto que no logró vender.

Aparentemente, Lucasfilm está poniendo pausa a proyectos fílmicos. Irónico porque Solo apuntaba a abrir la puerta a una galaxia compartida interconectada reticular (a la Marvel) en vez de una lineal (a la Star Wars). No me sorprendería ver que los hilos narrativos que abrió Solo se queden al aire.

En fin. Solo no fue un fracaso, pero no dio la talla. Para algo como Star Wars, es suficiente para catástrofe.

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