Soñando despierta

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

Los sueños solamente existen por una razón, para hacerlos realidad. Si constantemente nos preguntamos cuándo llegará el momento preciso para poder cumplir lo que tanto anhelamos, quizá no encontremos la respuesta o al menos, no una que en realidad nos convenza. Por eso, la mejor solución ante tan popular incógnita es crear el momento por nosotros mismos.

Tal como lo ha hecho este año Renata Zarazúa, la joven tenista mexicana de quien hace unos meses les platiqué había hecho historia en el Abierto Mexicano de Tenis al llegar hasta la ronda de semifinales en la modalidad individual. En aquel entonces, a pensar de quedarse a un pie de tan esperada final, Renata hizo un balance certero de su participación, quedándose con una de las mayores experiencias de su carrera al disfrutar de este torneo como local.

Pero eso no fue todo, también comentó su sueño de jugar el cuadro principal de un Grand Slam, algo por lo que seguiría entrenando y preparándose. Claro que Renata, como muchas otras personas, no esperamos el año que estamos viviendo, y los grandes eventos deportivos alrededor del mundo se vieron cancelados o en pausa, por una situación de salud que afecta a todos los países.

Sin embargo, esta pausa no implicó que detuviera sus entrenamientos y supo sacar provecho a este tiempo capitalizando todo lo que había avanzado hasta febrero cuando tuvo aquella actuación en el puerto de Acapulco. Fue entonces que tras el retorno de las competencias de tenis encontró en París el lugar perfecto para crear ese momento esperado.

Zarazúa se convirtió en la primera tenista mexicana en los últimos 20 años en clasificarse a un cuadro principal del Roland Garros, además de conseguir una victoria en la primera ronda. Posterior a eso, la ciudad del amor le regaló un cumpleaños inolvidable: el día en que llegó a sus 23, Renata salió a la cancha principal para enfrentar a Elina Svitolina, número 5 del ranking mundial, a quién logró sacarle un set 6-0 pero que desafortunadamente no logró vencer.

Hay mucho que aprender del desempeño de Renata, en un 2020 que ha sido difícil para la gran mayoría de las personas, que ha implicado poner en pausa proyectos y planes, esta joven mexicana nos demostró que lo que no podemos, ni debemos, detener son nuestros sueños. Siempre habrán formas de seguir el camino, de prepararnos, de esforzarnos y de poco a poco hacerlos realidad.

Así que hoy ponle nombre a tu sueño, traza tu ruta y ve tras él, pero hazlo muy despierta. Porque tal como también nos enseñó una inteligente niña, “la mejor edad de la vida, es estar vivo” (Quino).

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