Sri Lanka culpa a un grupo terrorista local por ataques

El número de muertos en la sangrienta serie de atentados el Domingo de Resurrección en Sri Lanka aumentó a 290 personas, en una jornada en la que las autoridades declararon un estado de emergencia condicional y culparon de los “ataques suicidas” a un grupo islamista local.

A primera hora de la mañana del lunes, el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, elevó el número de víctimas mortales a 290 y el número de heridos a 500 en los atentados simultáneos a tres iglesias y a tres hoteles de lujo en la nación asiática.

Al menos 32 extranjeros se encuentran entre los fallecidos y 30 más están hospitalizados.

La magnitud de la tragedia, en una jornada festiva para la cristiandad en la que las iglesias y los restaurantes se encontraban repletos, no se veía en el país desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno que finalizó en 2009 tras 26 años de conflicto.

Precisamente en otro 21 de abril, de 1987, la explosión de un coche bomba causó la muerte de más de 150 personas en Colombo, en un atentado de presuntos separatistas tamiles.

Tras la jornada sangrienta del domingo, ayer se reeditó el temor a un nuevo atentado cuando se reportó una explosión cerca de la capitalina iglesia de San Antonio, una de las atacadas el domingo.

Gunasekara confirmó a Efe que la detonación tuvo lugar cuando un equipo de artilleros trataba de desactivar una bomba hallada a poca distancia de la iglesia, y añadió que no se produjeron víctimas.

La embajada de Estados Unidos en Colombo pidió no bajar la guardia y en una advertencia de viaje señaló que “grupos terroristas continúan tramando posibles ataques” en lugares públicos.

El Gobierno mantuvo el toque de queda en toda la isla entre las 20 hora local y las 4 horas del martes.

Las autoridades esrilanquesas precisaron ayer que varios atacantes suicidas hicieron detonar sus explosivos de forma simultánea en hoteles de lujo y una iglesia en Colombo, otra en Katana, en el oeste del país, y una tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.

Las explosiones continuaron horas después con una séptima detonación en un pequeño hotel situado a unos cien metros del zoo de Dehiwala, a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.

“La mayoría fueron ataques suicidas. Con base en eso estamos llevando a cabo redadas y arrestos y también se han identificado y realizado redadas en sus lugares de entrenamiento”, dijo en una rueda de prensa en Colombo el ministro de Salud, Rajtha Senraratne.

El ministro reconoció también que las autoridades esrilanquesas habían recibido información sobre una posible serie de ataques en el país.

“El 4 de abril, agencias internacionales de inteligencia habían advertido de estos ataques, los informes decían que sus objetivos eran iglesias y destinos turísticos”, dijo.

Senraratne también afirmó que se está investigando un posible vínculo internacional, ya que las autoridades no creen que “una organización pequeña de este país pueda hacer todo esto”.

Tras ser preguntado por la identidad de la organización, el ministro señaló al grupo islamista local National Thowheeth Jamath, sin aportar más detalles.

En respuesta a los atentados, Sri Lanka permanecerá en un estado de emergencia “condicional” a partir de medianoche para combatir el terrorismo.

Las autoridades de la nación insular activarán los apartados destinados a combatir el terrorismo y buscarán la ayuda de otros países para investigar la serie de ataques, informó en un comunicado la oficina del presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, al término de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.

La organización policial internacional Interpol anunció el despliegue de un equipo de investigación en Sri Lanka, a petición de las autoridades locales.

Texto y foto: Agencias

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