Terroristas yucatecos

Por Sergio Aguilar

El espectáculo que acompaña al terrorismo es su más perverso elemento, ya que es el punto donde quien presencia el acto se vuelve cómplice del mismo.

Por ejemplo, los atentados del 9/11, por poner sólo el que está más en el imaginario colectivo. Algunos expertos en vigilancia y crimen argumentan que la diferencia temporal del impacto del segundo avión con respecto del primero fue planeada, de modo que diera tiempo a medios informativos de todo el mundo de llevar su equipo y mostrar en vivo a la primera torre ardiendo, y así registrar en vivo el segundo choque. Es por ello que un acto terrorista se vuelve tal no por la cantidad de gente que muere o el daño que cause, sino por el espectáculo terrorífico que le acompaña.

En ese sentido, un acto terrorista puede no ser el que cause un daño irreversible en el corto plazo o subjetivamente, como el asesinato de una o muchas personas. Un acto que causa terror sería enviar una cadena por redes sociales diciendo que hay unos “robachicos” escondidos en la policía y que los linchemos por ello, para luego enterarnos que eran inocentes (justo lo que sucedió en Puebla, a finales de agosto pasado). A esto me refiero al decir que un acto terrorista necesita que participemos en él.

Algo similar, en menores proporciones, pasó en esta ciudad el domingo 7 de octubre, cuando el portal de noticias Yucatán al Minuto informó de un tiroteo en la colonia Francisco de Montejo, suscitado entre la policía y una banda de criminales, alertando que se había activado un “código rojo”. Nunca se explicó quién activó este “código rojo” ni qué supone, y cuando varios usuarios y cuentas oficiales informaron que no hubo ningún tiroteo, el medio se escondió en posteriores informes hablando en tercera persona: “circularon versiones de que en el operativo se registraron disparos, lo cual es falso”. Dando el beneficio de la duda, y no pensando que el propio medio haya inventado que los disparos acontecieron (cosa que yo no descarto), ¿no acaso hacer circular esas versiones los pone de parte de quienes las crearon en primer lugar?

No encuentro modo alguno de justificar esta irresponsabilidad de una agencia de noticias. Es difícil no ver la intranquilidad que causa a los vecinos de esta zona de la ciudad, y a la ciudad en general, cuando se dan a conocer hechos de esta naturaleza a través de “versiones que circulan”. No encuentro razones para justificar esta pulsión salvaje por obtener visitas y posts virales aunque suponga causar pánico en la población. Es en este sentido que estos medios de comunicación suponen ser terroristas en Yucatán, donde el espectáculo de terror es el que acompaña su labor.

Pero la cuestión de la que tenemos que adquirir responsabilidad nosotros es recordar que el terrorista no actúa solo, sino en complicidad con su audiencia. ¿Y no esta audiencia somos nosotros que compartimos ese post, ese link, por mensajes de celular, sin verificar ni pensar dos veces lo que hacíamos? ¿No acaso nosotros también somos parte del terrorismo que causan los nauseabundos medios digitales de “comunicación”?

 

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