Trámites inconclusos

Por Jhonny Eyder Euán

A pesar de que han transcurrido más de 100 días en los que el coronavirus se ha mantenido como una constante amenaza para la vida, hay una persona sana—como muchas más—cuyos problemas son de otra índole y todavía no encuentra una solución a ellos.

La pandemia se hizo oficial en el país el mismo día que aquella persona se dio cuenta de que su licencia de conducir había vencido, y una semana antes de ir al registro civil para agendar fecha para su matrimonio civil.

Ese mismo día también se suspendieron casi todo tipo de trámites, incluyendo los de dependencias federales hasta los del gobierno local. Entonces, a esa persona le aparecieron inconvenientes que todavía le causan estrés y molestia.

Con respecto a la licencia de conducir, llamó para preguntar cómo podía renovarla. Le contestaron que podía hacerlo en línea, pero él no pudo. Al querer hacer el trámite le salía un mensaje que decía que sus datos no estaban actualizados, por lo que debía ir a un centro correspondiente de atención al cliente.

El problema se lo contó a la mujer que contestó una segunda llamada, y no obtuvo buenas noticias. Le pidieron esperar a que abran los centros para poder hacer la renovación, mientras tanto, podía manejar con la licencia vencida, le aseguraron.

Sobre su boda, los trabajadores del registro civil le afirmaron que no hay nuevos matrimonios hasta nuevo aviso. Tal situación dejó frustrada a aquella persona porque estaba todo listo para casarse a finales de año: local, comida, arreglos, música. La inversión ya está hecha y no hay forma de recuperar el dinero, al menos eso le dicen los proveedores de bodas, con quienes mantiene una disputa.

Los fallidos trámites continúan sin resolución. Seguramente no es la única persona que pasa por apuros. Infinidad de solicitudes y procesos se suspendieron y hasta la fecha no hay manera de terminarlos, aclararlos, o tan quiera seguir con los requerimientos para no salir perjudicados.

Hay personas que perdieron los ahorros por vuelos que no hicieron y otras que buscan sus paquetes varados en alguna paquetería del país.

Si bien hay algunos trámites que se están reestableciendo en las últimas semanas gracias a la tecnología y a la reapertura de negocios y oficinas, no todas las personas pueden sentir alivio. Por ejemplo, muchos adultos mayores necesitan imprimar una nueva acta de nacimiento, pero no pueden porque el registro civil más cercano está cerrado.

Por la pandemia, aquellas personas no deben salir de casa, y por ende tienen problemas para obtener el documento que quizás les sea importante para no perder propiedades o para recibir apoyos económicos.

Otros trámites fallidos e inconclusos siguen arrumbados en escritorios de oficinas cerradas mientras continua la lucha por sobrevivir. La tecnología es un gran aliado para realizar esos procedimientos, pero como en el caso de la educación a distancia, los beneficios no son para todos.

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