Tres sacerdotes se contagian de COVID-19

La Arquidiócesis de Yucatán señala que hasta el momento ningún párroco ha fallecido a causa de esta enfermedad, pese a que están expuestos al realizar visitas a enfermos y exequias en funerales.

El padre Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, informó que en lo que va de la pandemia, tres sacerdotes han dado positivo a COVID-19, los cuales ya salieron de esta enfermedad y retomaron sus actividades.

“Nosotros no estamos exentos, estamos expuestos a contagiarnos, ya que atendemos necesidades pastorales como son las visitas a enfermos, las exequias en los funerales, así como la entrega de despensas, que son actividades esenciales que realizamos como parte de nuestros oficios sacerdotales”, manifestó.

Hasta el momento, ningún párroco ha fallecido a causa de esta enfermedad; sin embargo, los que estuvieron en contacto con personas contagiadas de coronavirus se aislaron voluntariamente hasta 3 meses para evitar algún riesgo.

Martínez Ruz informó que actualmente son 12 padres de la Arquidiócesis de Yucatán que llevan la palabra de Dios y consuelo a los pacientes contagiados de coronavirus.

“Los presbíteros se ofrecieron de manera voluntaria, por lo que tuvieron que pasar por un proceso intenso de preparación para atender las necesidades de los enfermos que permanecen en los ‘covitarios’ de los hospitales de Yucatán”, subrayó.

Los padres tuvieron que capacitarse para seguir protocolos, procedimientos, implementos, así como una normatividad, cosas a las que no están acostumbrados y que requirió de horas de arduo trabajo y concienciación, abundó.

“Estamos conscientes de que somos un apoyo espiritual en estos momentos difíciles, pero también sabemos que estar en esos lugares es potencialmente peligroso para nuestra salud”, expresó.

AFECTACIÓN

El cierre de las iglesias a causa de la actual crisis, ha originado que algunas parroquias estén atravesando una situación económica difícil, pues muchas sobrevivían por los diezmos que daban los feligreses, por lo que se han visto en la necesidad de pedir ayuda a la población católica para poder mantenerlas.

Por otra parte, varias obras de mantenimiento, remodelación y de ampliación que se tenían programadas en algunas parroquias se tuvieron que suspender, y destinar esos recursos para pagar gastos fijos, como son el servicio de luz, agua, internet y nómina.

Finalmente resaltó que gracias a los donativos han podido mantenerse; sin embargo, consideran que aún no es momento de abrir de nuevo las iglesias, ya que son lugares donde se podría generar contagios masivos.

Texto y foto: Georgina Bacelis

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