Trump en la encrucijada

Por Carlos Hornelas

En Washington ya se respiran aires de campaña por la presidencia del 2021; de hecho, el único contendiente arriba de la arena en este momento es el propio presidente Donald Trump, quien busca aventajar a quien pudiera sumarse en los próximos meses.

No obstante, hay múltiples flancos abiertos que pueden desviar su atención y los cuales pueden cobrarle tiempo, desgaste y popularidad. Ha querido manejar un alto perfil y mostrarse como negociador, estadista y renovador. Sin embargo, algunas de sus batallas han resultado en saldos negativos.

En cuanto a la alta expectativa de desnuclearización de Corea del Norte, el último encuentro con su líder, Kim Jong-un, terminó abruptamente dos horas antes del almuerzo, y los acuer-dos quedaron sin firmar mientras ambos mandatarios se retiraban, cada cual para su destino opuesto. “Algunas ocasiones uno se tiene que ir solo caminando”, declaró Trump ante los críticos que recriminaban la falta de frutos conseguidos en la Cumbre.

Se les ve con buena voluntad y hasta afables uno con el otro, sin embargo, esto no se arregla con el carisma y al parecer el método de negociación que ha seguido no conduce a ningún puerto seguro. Esto, por supuesto le da fuelle a la hoguera que preparan sus detractores.

En cuanto a las cuestiones internas, su antiguo abogado personal ha sorprendido en la audiencia que ha sostenido ente una Comisión del Congreso, en el cual le ha calificado como racista, estafador y embustero. Michael Cohen dice arrepentirse de su relación con su otrora cliente para quien ha mentido, solapado conductas inapropiadas, pagado a terceros por servicios que rayan en lo ilícito, como el pago a una estrella porno o bien, actos abiertamente ilícitos durante su carrera inmobiliaria. Habrá que pensar profundamente qué le habrá llevado a Cohen a revelar estos secretos dado que en el pasado se ufanaba de ser capaz de hacer cualquier cosa que le pidiera Trump, que incluso podría recibir una bala por él.

Al parecer ni los más allegados, como es el caso, pondrían sus manos al fuego por quien alguna vez fuera su jefe. Los demócratas rescatan nuevamente del cesto de la basura la idea de lograr promover el impeachment para que no termine su mandato y obligar a que su ciclo se termine cuanto antes.

En ese orden de ideas, habrá que tomar en cuenta las recientes investigaciones que apuntan a que el presidente de EEUU habría dado su consentimiento deliberado de acceso total a la in-formación de inteligencia sensible a su yerno, Jared Kushner, sin ser funcionario del Estado, cuestión que motivo los reclamos de Kelly y de McGahn respectivamente pero que jamás fueron tomadas en serio. Además de considerar las consecuencias ligadas a la operación financiera de sus negocios personales, se pone bajo la mesa la serie de información privilegiada que se compromete con otros países haciendo vulnerable la seguridad de los EEUU.

A estos hechos se añade el capricho del republicano por cumplir con su promesa de construir el muro fronterizo con México a como dé lugar. Ha llegado al extremo de cerrar el gobierno con tal de obtener los fondos que le permitan hacerlo. La última intentona es un decreto de emergencia nacional que le posibilite el acceso a fondos no programados para tal efecto y poder cumplir con lo que llama su principal legado.

Los demócratas tratan de ejercer su prerrogativa de contrapeso y ya buscan los últimos votos que podrían darles la ventaja para echar abajo el decreto, sin embargo, podría usar su derecho a veto y dejar inválida esta nueva asonada. ¿Podrá con todos los frentes al mismo tiempo?

 

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