Una idea que casi propone AMLO a las empresas

Por Jonathan Ruíz Torre

El Presidente electo domina el discurso de oposición al libre mercado que defiende la mayoría de los empresarios.

Más allá de filias o fobias su discurso en torno al petróleo y al aeropuerto luce contrario al de quienes crean compañías o las hacen crecer en el mundo y el mercado internacional no se detiene a contemplar. Castiga al peso y podría castigarlo más en la medida en que permanezcan en riesgo grandes proyectos por decisión del próximo mandatario, Andrés Manuel López Obrador.

Hay, empero, un discurso que sí estuvo presente durante su campaña y que casi da en el centro de la vanguardia mundial, a donde los empresarios mexicanos no han llegado.

El Proyecto de Nación 2018-2024 redactado por el equipo del empresario Alfonso Romo, propone la creación de una senda digital para hacer más eficientes las empresas. Pero no incluyó la frase en la cual las economías avanzadas nos llevan, por lo menos, dos años de ventaja, ésta es: “Digital Supply Chain” (DSC) o en español Cadena de Suministro Digital.

Es el uso de la tecnología con una clara lógica empresarial: reducir al menos 20 por ciento en costos y aumentar 10 por ciento los ingresos, de acuerdo con los primeros resultados de experimentos de sus defensores agremiados en un instituto.

Desde octubre de 2016, la consultora global de negocios McKinsey basada en Nueva York, propuso inicialmente una aburrida definición:“Cadena de suministro 4.0: la aplicación del Internet de las Cosas, el uso de robótica avanzada y la aplicación de analítica de big data avanzada en la gerencia de cadena de suministro”.

Ya en afán de aterrizar las cosas, McKinsey abundó: “poner sensores en todo, crear redes en todos lados, automatizar cualquier cosa y analizar todo para mejorar significativamente los procesos y la satisfacción del cliente”.

Pensarán que el asunto es técnico. Lo es hasta cierto punto. De lo que no queda duda es que se trata de la mayor oportunidad para los empresarios mexicanos de brincar a la siguiente generación o perder definitivamente frente a su competencia de Asia, Estados Unidos, Europa o África, incluso. Todas esas regiones ya nos llevan ventaja, ya son más productivas que Latinoamérica de acuerdo con el banco estadounidense JP Morgan.

Pero hay compañías que suenan a excepción. La chilena Sodimac ya lo aplica para comerle el mercado a Home Depot en México, la argentina YPF para tumbar a la brasileña Petrobras y a Pemex, si puede de paso. ¿Otros casos? DHL para ganarle a Estafeta; American Express al que sea, o bien, Under Armour a Adidas.

La comunidad de la DSC se formó hace un par de años por iniciativa de Sam Palmisano, quien dirigió IBM la década pasada, y ésta se agrupa en el dscinstitute.org, dirigido por George Bailey, quien salió de Sony antes de que la empresa empezara a declinar.

Los empresarios mexicanos tienen todavía una oportunidad de subirse al último vagón de un tren que ya salió del andén. La gente de AMLO casi los trepa durante la campaña con ideas como ésta: “Programa 8. Fomento al Desarrollo de Alta Tecnología en México. Sectores seleccionados: Industria digital, mecatrónica, robótica, medicina, aeroespacial, automotriz, nanotecnología y biotecnología”, reza el Proyecto de Nación 2018-2024 de la campaña morenista a la Presidencia. Mencionado así lo digital, uno podría pensar que no atraviesa todo, que un robot por ejemplo, no es digital o lo aeroespacial tampoco.

Es en lo turístico en donde se aproxima el documento: “contar con una estrategia digital para facilitar el uso de tecnologías de la información y de servicios a los turistas y prestadores de servicios, posicionándolos en plataformas digitales”.

En cualquier caso, aquí está el hilo negro que engloba todo: cadena de suministro digital. La Presidencia de López Obrador, aún no inicia.

 

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