Vicencio sobrevive a la pandemia como puede

El pescador acude al centro de Progreso en un triciclo y dos neveras, además porta cubrebocas y ofrece pescados frescos a un precio bajo.

La pandemia por el coronavirus ha llevado a muchas personas a pasar dificultades económicas en el puerto de Progreso. El sector pesquero, sobre todo el ribereño, han sido de los más afectados, ya que de por sí muchos pescadores ribereños viven al día y dependen de que las personas les compren la pesca que logran cada jornada.

Normalmente los pescadores ribereños a tempranas horas de la mañana acuden a las orillas de la playa en el malecón para vender sus pescados, y muchas personas mayormente buscan a estos hombres de mar, puesto que el producto que traen es fresco; sin embargo, por la cuarentena las personas ya no van a las orillas de la playa y malecones, lo que ha orillado a ribereños a llevar su producto al centro de la ciudad.

Tal es el caso del pescador Vicencio Luna Burgos, quien está haciendo la lucha para sobrevivir en esta pandemia mediante la venta de pescado fresco.

Según comentó Luna Burgos, de 54 años de edad y oriundo de Puebla, él se ha visto en la necesidad de llegar al centro del puerto para ofrecer su producto.

El hombre, que es pescador en Progreso desde hace 35 años, vendía en la playa, pero por la cuarentena ya no puede hacerlo, por lo que después decidió trasladarse a la zona de los portales, a un costado del Mercado Municipal, aunque asegura que los locatarios del mercado, que venden pescado, lo corrieron de allí, pues enfatizan que es una competencia desleal, ya que él da precios menores y su pescado es más fresco que el del mercado, por lo que más personas le compran, a lo que el pescador comentó que es lamentable ya que él está ganándose la vida como puede.

El hombre de mar señaló que cuando pesca trae mayormente pescados como jurel, bagre, bala y a veces chac chi y rubia. De estos peces comenta que trae mayormente entre 10 y 12, lo que equivale a unos 4 kilos. De igual manera, comentó que brinda el pescado a buen precio. Como ejemplo está el jurel mediano, pues vende la pieza a $50 pesos ya fileteado.

Don Vicencio aclaró que ha tenido muchas dificultades en esta pandemia, puesto que no tiene bienes y se ha quedado sin casa, por lo que el vender el pescado que logra capturar le permite sobrevivir y espera se le permita hacer esta actividad.

Texto y foto: David Correa

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