Por Gabriel Ortiz
Se va Pedro Caixinha del club Cruz Azul, deja la dirección técnica con terribles resultados y lamentando no saber cuándo mantener la boca cerrada. Otro técnico que es cesado en la liga mexicana, fruto de una cascada de malos resultados, pésimo fútbol y falta de manejo profesional en lo que implica ser un director técnico en estos tiempos.
Se va Caixinha con el repudio de un país que le abrió las puertas solo para recibir críticas y quejas sobre temas que poco tenían que ver con el deporte que amamos. Al final, el pez murió por su propia boca, cometiendo el pecado del que tanto se quejó, las fake news.
Hace unas semanas escribí sobre el fenómeno de los técnicos en el fútbol mexicano, haciendo un recuento de la cantidad que han sido cesados desde inicios del actual torneo, de cómo hace un buen rato que no se renueva la generación de técnicos por lo que vemos a los mismos de siempre fracasar en un equipo y luego en otro. La fórmula de traer técnicos extranjeros parece tampoco funcionar y lo que vemos en la cancha y en las conferencias de prensa es más un espectáculo cirsence que una dirección técnica profesional. Los veteranos no se salvan de esta penosa realidad, tan solo en la semana pasada el “Ojitos” Meza salió a admitir su fracaso en el Veracruz y el ya famoso “Tuca” se negó a dar una rueda de prensa obligada por reglamento.
Hay un problema serio que la federación mexicana y los dueños de clubes no quieren ver; no hay una generación de técnicos capaz, formada en el fútbol mundial, que guíe al fútbol mexicano a una nueva era. Sin dirección no se puede llegar a ningún lado.
