¿Y el presidente?

Armando Escalante
Periodista y analista político

Las inundaciones en Villahermosa son recurrentes y la gente soporta estoicamente sin alternativas de solución, como si todos supieran que no tienen forma de impedirlo ni tampoco nada que reclamar. Es la naturaleza y ellos lo ven como su fatídico destino. Ahi les tocó vivir.

Corren por las redes fotografías y vídeos de calles anegadas hasta el techo de los automóviles; sumergidas las oficinas, bodegas, tiendas, hospitales, escuelas, miles de casas, todo está igual. Y lo que menos se observa es gente en las calles. Nadie. El campo está peor. Animales ahogados, flotando, arrastrados por la corriente. Ranchos y ganado perdidos. Millonarias pérdidas e incluso víctimas mortales, con gente desaparecida.

Las presas están a todo lo que dan, los ríos desbordados y no tienen a donde descargar, porque el mar es más alto. El agua no corre, solo baja de las montañas y se extiende por las ciudades. Cubre todo.

Y en medio de esta tragedia, uno supondría que el primer tabasqueño del país, el  presidente López andaría ahí, con ellos, hombro con hombro ayudando a los damnificados, coordinando, dando instrucciones, remojado hasta el cuello pero no, sigue sin pararse ahí. No se aparece en su tierra, pero tampoco va nunca donde hay tragedias.

Y en medio de toda esa tragedia, uno supondría que el señor López ya habría dispuesto hacer presas más amplias, extender las murallas que contienen el agua por una mayor superficie, ampliar su cobertura y su capacidad, que de una vez por todas le pongan fin a este drama anual… pero nada. No hay nada. En cambio, tira el dinero en un tren que nadie quiere y que en el caso de Yucatán va a desgraciar la autopista de cuota porque el concesionario decidió tender la vía sobre el pavimento de la autopista en vez de rellenar el terreno de los costados para tender la riel. Es decir, inutilizará el carril de retorno de Cancún para que ahí transiten los vagones del absurdo proyecto.

A nadie le interesa que por culpa de esa idea ferroviaria, la empresa ICA volverá más peligrosa la supercarretera Kantunil-Cancún uniendo los dos sentidos en un solo cuerpo, quizá separado por un muro divisorio, exponiendo la vida de los usuarios. Será un nuevo cementerio de accidentados, como cuando se acumularon más de cien víctimas años atrás, por tantos estallamientos de llantas al estar muy poroso el pavimento.

Por culpa del capricho presidencial, en vez de hacer una presa que proteja protejas y estado, destruirá una carretera en Yucatán para meterle un tren que nadie quiere y que nadie más que los centroamericanos van a usar para llegar a Mérida o continuar a Cancún. Estamos en el peor de los mundos en este momento. El país se hunde al amparo de un loco que lo gobierna y una partida de políticos opositores arrodillados, clamando que les den unos pesos.

El xix.— Se pronostica un conflicto postelectoral en los Estados Unidos cuando terminen las votaciones porque el sistema que usan ellos, privilegia el conteo de los votos en las urnas y deja para otro día las cifras de quienes votan por correo. Se dice que casi 100 millones de estadounidenses sufragaron ya por correo y la mayoría de ellos, son los más cuidadosos que no quieren exponerse saliendo a votar. Esos sin duda, son a favor del favorito Joe Biden, según relatan los que saben. Los votos para el desequibrado de Trump —amigo y protector del Peje— podrían hacer mucho ruido y aparentar otro resultado, al finalizar la jornada electoral, cuando aún no estarían contabilizados los emitidos por correo. Se vislumbra un martes muy tenso. Mañana por la tarde lo confirmaremos. Deseo equivocarme.

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